PORQUÉ ESTE BLOG?

ALGUNA EXPERIENCIA ACUMULADA COMO RESULTADO DE HABER PARTICIPADO EN LA FORMULACIÓN JURÍDICA DE LA LEGISLACIÓN -LEY DE ARMAS Y SUS REGLAMENTACIONES (1973 A 1975)-, Y POSTERIORMENTE EN LA DIRECCIÓN OPERATIVA DE DICHO CONTROL (2001 A 2003), ME HA ANIMADO A CONSTRUIR ESTE MEDIO PARA EXPRESAR MIS IDEAS, DESDE UNA POSICIÓN DE EQUIDISTANCIA ENTRE QUIENES PROPUGNAN, POR UN LADO, EL DESARME TOTAL DE LOS CIVILES, Y QUIENES -DESDE EL OTRO EXTREMO-, PRETENDEN LA POSESIÓN Y USO DE ARMAS DE FUEGO LIBRE DE CONTROL.

DEBO ACLARAR QUE MI PENSAMIENTO NO ESTA EXENTO DE DUDAS -MUCHAS E IMPORTANTES-, LO QUE ME CONDUCE A AFIRMAR MI VOCACIÓN DE REVISARLO A CADA PASO Y, DE ENCONTRAR RAZONES ATENDIBLES PARA ELLO, REFORMULAR MIS CONVICCIONES. ES POR ESTA RAZÓN QUE CREO EN LA NECESIDAD DEL DEBATE, EN ARAS DE ACERCARNOS LO MÁS QUE NOS RESULTE POSIBLE A LA VERDAD COMPARTIDA, Y SIEMPRE CON LA HUMILDAD DE NO CREERNOS DUEÑOS DE ELLA.

HECTOR MENDEZ DE LEO

Julio 2007

6 de agosto de 2007

ENCUESTA A DESARMADOS

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La Nación del martes 5 de junio de 2007, página 15;
nota de Fernando Rodríguez
Link corto: http://www.lanacion.com.ar/914654


El relevamiento efectuado por IPSOS-MORA Y ARAUJO recoge tres conceptos presuntamente instalados en el 75 % de los “desarmados”, que merecen el siguiente comentario :

1. “LA SOCIEDAD SERÍA MENOS VIOLENTA SI HUBIERA MENOS ARMAS DE FUEGO EN CIRCULACIÓN”

Esta idea esta mal expresada o de lo contrario, es equivocada.
Por qué?

Las armas de fuego no provocan la violencia, sino que en todo caso hacen más eficaz y destructiva la acción de quienes actúan con violencia. Es decir que la violencia se alberga en la persona, que la canaliza a través del instrumento del cual dispone. Es cierto que la violencia sería menos destructiva si hubieran menos armas en manos de los violentos. No será entonces haciendo desaparecer todas las armas que terminaremos con la violencia, sino que aún cuando lo hagamos, la misma seguirá estando presente en los violentos, que se expresarán mediante el empleo de otros instrumentos, seguramente menos letales, pero igualmente destructivos.

La solución será trabajar en mas de un frente :
• por un lado atendiendo a las causas que llevan a los seres humanos a actuar violentamente;
• por el otro evitando que quienes evidencien un temperamento violento puedan acceder a las armas de fuego.

Creer que eliminando las armas de fuego eliminaremos la violencia es una ingenuidad que, quienes propugnan el desarme advertirán muy tarde, luego de haber desmantelado un sistema de control de armas y dejado a la sociedad inerme frente a un stock de armas clandestinas que entonces si, amenazarán mucho mas gravemente la seguridad de las personas.

2. “TENER ARMAS EN LA CASA ES UNA FUENTE DE RIESGO PARA TODA LA FAMILIA”

Es correcto que las armas de fuego, en ciertas condiciones, son una fuente de riesgo para todo aquél que desconoce sus efectos, modo de empleo y medidas de seguridad que deben observarse a su respecto. Pero esta afirmación es válida para muchas otras cosas con las cuales uno convive diariamente y que también muchas veces lamentablemente cobran víctimas.


Nadie propugnaría sin embargo que eliminemos la electricidad, el gas, los ascensores, los automóviles, etc., sino que el esfuerzo apunta a instruir adecuadamente a las personas en los riesgos derivados, en las medidas de seguridad que deben observar y, como precio por la utilidad derivada, asumir las consecuencias de eventuales accidentes. Vale decir que se nos impone el deber de actuar como personas responsables para saber y evitarlos.

Es cierto que para muchos puede resultar difícil entender cual es la utilidad comparable que pueda encontrársele a las armas de fuego. Sin embargo deberá aceptarse que las armas están y estarán incorporadas al stock de herramientas de las que se vale el ser humano –nos guste o no-, y esta realidad no puede ser negada propiciando su eliminación. La permanente degradación de la seguridad pública estimula -y seguirá haciéndolo- la tendencia a la autodefensa, lo cual pone de manifiesto una corriente opuesta al desarme, que obliga a la búsqueda de alternativas realistas que ayuden a resolver el problema y no a complicarlo aún mas.

Y esto nos conduce a la necesidad de llamar la atención de todos, quienes tienen armas y quienes no las tienen, de que deben ser responsables frente a las mismas, sabiendo el daño que producen y como evitarlo, observando –del mismo modo que lo hacen con la electricidad, el gas, los automóviles, etc.- las mas estrictas medidas de seguridad, alejando de tal modo el riesgo de su mal manejo, empleo o accidentes.

3. “QUE QUIENES TIENEN NIÑOS EN SUS HOGARES SE DESHAGAN DE LAS ARMAS DE FUEGO”

No hay duda que se trata de un objetivo deseable, que no existan armas donde hay niños. Pero cabe preguntarse si esto es siempre posible. Que pasa si los niños van a un lugar donde hay armas? Surge entonces el interrogante de qué conviene hacer con los niños y su relación con las armas de fuego?


Me pregunto si no sería bueno que cuando se manifieste su interés por las armas, alguien conocedor y responsable los instruya acerca de su poder destructivo y el gravísimo riesgo que comporta su manoseo, enseñándoles que bajo ninguna circunstancia deben tocarlas, pero procurando descomprimir la natural e inevitable curiosidad que las mismas despiertan en ellos.

Y esto por cuanto resulta imposible afirmar que los niños nunca tendrán a su alcance un arma de fuego, estando fuera del control de un mayor. Si no es en casa, podrá ser en cualquier otro lugar y entonces, nada mas peligroso que su ignorancia sobre las armas. Una oportuna y apropiada enseñanza ayudará a reducir los riesgos inherentes.