EL CONTROL DE LAS ARMAS DE FUEGO
Datos e ideas sobre esta cuestion
PORQUÉ ESTE BLOG?
ALGUNA EXPERIENCIA ACUMULADA COMO RESULTADO DE HABER PARTICIPADO EN LA FORMULACIÓN JURÍDICA DE LA LEGISLACIÓN -LEY DE ARMAS Y SUS REGLAMENTACIONES (1973 A 1975)-, Y POSTERIORMENTE EN LA DIRECCIÓN OPERATIVA DE DICHO CONTROL (2001 A 2003), ME HA ANIMADO A CONSTRUIR ESTE MEDIO PARA EXPRESAR MIS IDEAS, DESDE UNA POSICIÓN DE EQUIDISTANCIA ENTRE QUIENES PROPUGNAN, POR UN LADO, EL DESARME TOTAL DE LOS CIVILES, Y QUIENES -DESDE EL OTRO EXTREMO-, PRETENDEN LA POSESIÓN Y USO DE ARMAS DE FUEGO LIBRE DE CONTROL.
DEBO ACLARAR QUE MI PENSAMIENTO NO ESTA EXENTO DE DUDAS -MUCHAS E IMPORTANTES-, LO QUE ME CONDUCE A AFIRMAR MI VOCACIÓN DE REVISARLO A CADA PASO Y, DE ENCONTRAR RAZONES ATENDIBLES PARA ELLO, REFORMULAR MIS CONVICCIONES. ES POR ESTA RAZÓN QUE CREO EN LA NECESIDAD DEL DEBATE, EN ARAS DE ACERCARNOS LO MÁS QUE NOS RESULTE POSIBLE A LA VERDAD COMPARTIDA, Y SIEMPRE CON LA HUMILDAD DE NO CREERNOS DUEÑOS DE ELLA.
HECTOR MENDEZ DE LEO
Julio 2007
8 de noviembre de 2018
21 de agosto de 2018
BREVE HISTORIA DE LA LEY 20.429 DE CONTROL DE LAS ARMAS DE FUEGO
ANTECEDENTES Y CONSIDERACIONES SOBRE EL CONTROL DE LAS ARMAS DE FUEGO
11 de agosto de 2018
PROLIFERACIÓN Y CORRUPCIÓN
10 de noviembre de 2014
17 de enero de 2013
EL CONTROL DE ARMAS EN LOS ESTADOS UNIDOS
La disposición 187/2002 -de que se trata- fue derogada por la dirección entrante del RENAR, antes de cobrar vigencia.
22 de junio de 2012
POLITICA RENGA
- el registro de las armas legales y control de sus poseedores, función que el RENAR cumple satisfactoriamente;
- la recolección de las armas proliferantes, acción contemplada por la ley 26.216 de desarme voluntario; y
- el control de las armas ilegales, que comprende la recuperación de las armas en poder de los delincuentes y el bloqueo de las fuentes de abastecimiento del mercado ilegal.
2 de mayo de 2012
LAS ARMAS DE FUEGO Y SU TRATAMIENTO LEGAL
- La adopción de un régimen irrestricto, caracterizado por la inexistencia de toda penalización de la tenencia de armas de fuego, lo cual como resulta obvio torna innecesario el desarrollo de mecanismos de control. Sabido es que no todas las armas circulantes son poseídas con la finalidad de cometer delitos, lo cual si bien cabe ser presumido, no puede ser determinado con seguridad en un régimen de estas características. Vale decir entonces que además del natural riesgo derivado de la falta de todo control en la tenencia y circulación de armas de fuego, debe anotarse la enorme dificultad que ello significa para las labores policiales de represión del delito, frente a la inevitable presunción de legalidad de toda tenencia. Asimismo, la falta de todo registro y control constituye una facilidad adicional para el deslizamiento de armas de fuego de manos relativamente seguras a las de quienes luego las emplearán para delinquir.
- La otra situación posible es la opuesta a la anterior, vale decir la imposición de un régimen de prohibición que, aún cuando inevitablemente deberá admitir un mínimo otorgamiento de permisos, igual que el de prohibición, se caracteriza por la ausencia de mecanismos de control relativamente complejos. Si bien en este caso la presunción de legalidad de toda posesión de armas desaparece, la inevitable realidad de tenencias que, si bien constituyen delito en si mismas, no responden a la finalidad de empleo del arma para la comisión de delitos, también igual que en el caso anterior, dificulta el mejor desempeño de las fuerzas policiales y de seguridad.
- Por último, la tercera -y a nuestro juicio mas recomendable- opción es el régimen de permiso controlado, o mas sencillamente el régimen de control. En este sistema, el mayor grado de registración que se obtendrá de las armas circulantes, además de atender satisfactoriamente a las necesidades de la seguridad colectiva en cuanto permite afirmar que sobre la base de controles de buena calidad dichas armas se encuentran en poder de “depositarios confiables”, aporta -por un lado- certeza a las autoridades responsables de la represión del delito acerca de la naturaleza legal de las tenencias, y al mismo tiempo proporciona en tiempo real información indispensable para el rastreo eficaz de las armas involucradas en ilícitos.
EL RÉGIMEN DE CONTROL
Así entonces, el resultado de nuestros esfuerzos dependerá de :
- Demanda de armas de fuego. La misma estará determinada por la naturaleza y grado del conflicto o conflictos que se enfrentan. En toda sociedad existe –en mayor o menor medida- el sub mundo del crimen, con el indeseable desarrollo de un mercado ilegal de armas crónico. Muchas veces dicho mercado se ve incrementado como resultado de la existencia de otro tipo de conflictos (étnicos, religiosos, políticos, etc.), cuyo escalamiento determina una demanda adicional y variable de armas de fuego.
- Legislación adecuada. La existencia de normas legales que sancionen la tenencia y tráfico ilegal de armas y sienten las bases para su control, dotado de la flexibilidad necesaria para la oportuna regulación y limitación del flujo de armas. La ausencia de normas, su insuficiencia o ineficacia conspiran contra la obtención de resultados acordes con las exigencias de la seguridad común.
- Capacidad de respuesta. La presencia de instituciones policiales y de seguridad responsables de combatir el delito, con adecuado grado de preparación y equipamiento, constituye un factor determinante para la contención del tráfico ilegal de armas de fuego. La capacitación específica de las fuerzas del orden en la materia que nos ocupa resulta altamente deseable.
- Órgano de fiscalización. El cumplimiento de las obligaciones impuestas por la ley debe ser controlado por un organismo competente, debidamente dimensionado tanto en recursos humanos como materiales, técnicamente capacitado para el cumplimiento de su cometido y con un grado satisfactorio de autonomía operativa que le permita interactuar fluida y ágilmente con los organismos públicos y privados que coadyuvan a su cometido.
- Políticas de control de armas. Todo lo anterior deberá encuadrarse en políticas coherentes, basadas en datos de la realidad de cada día, que asignen contenido apropiado al mandato legal y hagan posible la indispensable coordinación de esfuerzos entre los principales responsables de la seguridad colectiva, esto es los organismos de fiscalización y control y las fuerzas policiales y de seguridad.Como derivación de lo que antecede puede afirmarse que el control de las armas de fuego reposa sobre dos presupuestos básicos, que son :
que deberá contemplar :
- la tenencia y portación sin autorización legal;
- la tenencia por un legítimo usuario de armas no registradas;
- la entrega de armas a quien no sea legítimo usuario o a menores;
- la fabricación y acopio de armas de fuego sin autorización legal;
- la omisión, supresión o adulteración del marcado;
- la asignación a dos o mas armas de idéntico marcado.
que deberá prever:
- las causales que justifican la tenencia de armas de fuego por parte de civiles, enunciando las distintas categorías de usuarios legítimos de las mismas (coleccionistas, cazadores, tiradores, etc.);
- una adecuada clasificación de las armas de fuego que podrán ser poseída por cada categoría de usuario admitida;
- el control de la inexistencia de circunstancias personales inhabilitantes para el otorgamiento de los permisos (antecedentes penales, policiales o de violencia familiar, ineptitud psicofísica, falta de idoneidad en el manejo de armas, etc.); y
- la variedad de procedimientos regulatorios de la totalidad de actos que comprendan armas de fuego, municiones y explosivos y su régimen de permisos.
- proyecte su fiscalización a todo el territorio del estado
- registre la mayor cantidad de armas existentes
- involucre todos los actos concernientes a armas de fuego
- realice el manejo centralizado de la información total
- recupere y proporcione la información con certeza y rápidamente
- obtenga la mejor calidad de los controles
- actúe como instrumento de una política de estado de control de armas
EL CONTROL DE LAS ARMAS DE FUEGO EN LA REPUBLICA ARGENTINA
- proyecta su fiscalización a todo el territorio nacional
- registra la mayor cantidad de armas existentes
- involucra todos los actos concernientes a armas de fuego
- realiza el manejo centralizado de la información total
- recupera y proporciona la información rápidamente
EL REGISTRO NACIONAL DE ARMAS
EL AUTOFINANCIAMIENTO Y EL CONTROL
CONCLUSIÓN
AUSENCIA DE POLÍTICA DE CONTROL DE ARMAS
19 de septiembre de 2007
LAS ESCOPETAS Y LOS SAQUEOS
- En proporción significativa los solicitantes son comerciantes cuyas actividades resultan susceptibles de verse afectadas por los aludidos episodios de saqueo;
- Las armas cuya tenencia solicitan son escopetas de repetición y semiautomáticas de alto calibre, las cuales se caracterizan por su empleo básicamente militar y policial, en razón de su capacidad de fuego y elevado poder destructivo (1);
- Legítimos Usuarios de Armas de Uso Civil (nuevos) : Se les solicitará Legajo Completo, es decir, además de fotocopia certificada de documento de identidad y antecedentes policiales, deberán adjuntar certificado médico de aptitud psicofísica, idoneidad de tiro realizada en polígono con línea habilitada para armas largas y medio de vida lícito;
- Legítimos Usuarios de Armas de Uso Civil (con credencial vigente) : Deberán completar su legajo con los requisitos faltantes mencionados en el punto 1);
- Legítimos Usuarios de Armas de Civil Uso CIVIL Condicional (nuevos) : Idoneidad de tiro realizada en polígono con línea habilitada para armas largas, además de todos los requisitos para obtener la condición de legítimo usuario en tal categoría.
6 de agosto de 2007
ENCUESTA A DESARMADOS
La Nación del martes 5 de junio de 2007, página 15;
Link corto: http://www.lanacion.com.ar/914654
El relevamiento efectuado por IPSOS-MORA Y ARAUJO recoge tres conceptos presuntamente instalados en el 75 % de los “desarmados”, que merecen el siguiente comentario :
1. “LA SOCIEDAD SERÍA MENOS VIOLENTA SI HUBIERA MENOS ARMAS DE FUEGO EN CIRCULACIÓN”
Esta idea esta mal expresada o de lo contrario, es equivocada.
Las armas de fuego no provocan la violencia, sino que en todo caso hacen más eficaz y destructiva la acción de quienes actúan con violencia. Es decir que la violencia se alberga en la persona, que la canaliza a través del instrumento del cual dispone. Es cierto que la violencia sería menos destructiva si hubieran menos armas en manos de los violentos. No será entonces haciendo desaparecer todas las armas que terminaremos con la violencia, sino que aún cuando lo hagamos, la misma seguirá estando presente en los violentos, que se expresarán mediante el empleo de otros instrumentos, seguramente menos letales, pero igualmente destructivos.
La solución será trabajar en mas de un frente :
• por un lado atendiendo a las causas que llevan a los seres humanos a actuar violentamente;
• por el otro evitando que quienes evidencien un temperamento violento puedan acceder a las armas de fuego.
Creer que eliminando las armas de fuego eliminaremos la violencia es una ingenuidad que, quienes propugnan el desarme advertirán muy tarde, luego de haber desmantelado un sistema de control de armas y dejado a la sociedad inerme frente a un stock de armas clandestinas que entonces si, amenazarán mucho mas gravemente la seguridad de las personas.
2. “TENER ARMAS EN LA CASA ES UNA FUENTE DE RIESGO PARA TODA LA FAMILIA”
Es correcto que las armas de fuego, en ciertas condiciones, son una fuente de riesgo para todo aquél que desconoce sus efectos, modo de empleo y medidas de seguridad que deben observarse a su respecto. Pero esta afirmación es válida para muchas otras cosas con las cuales uno convive diariamente y que también muchas veces lamentablemente cobran víctimas.
Nadie propugnaría sin embargo que eliminemos la electricidad, el gas, los ascensores, los automóviles, etc., sino que el esfuerzo apunta a instruir adecuadamente a las personas en los riesgos derivados, en las medidas de seguridad que deben observar y, como precio por la utilidad derivada, asumir las consecuencias de eventuales accidentes. Vale decir que se nos impone el deber de actuar como personas responsables para saber y evitarlos.
Es cierto que para muchos puede resultar difícil entender cual es la utilidad comparable que pueda encontrársele a las armas de fuego. Sin embargo deberá aceptarse que las armas están y estarán incorporadas al stock de herramientas de las que se vale el ser humano –nos guste o no-, y esta realidad no puede ser negada propiciando su eliminación. La permanente degradación de la seguridad pública estimula -y seguirá haciéndolo- la tendencia a la autodefensa, lo cual pone de manifiesto una corriente opuesta al desarme, que obliga a la búsqueda de alternativas realistas que ayuden a resolver el problema y no a complicarlo aún mas.
Y esto nos conduce a la necesidad de llamar la atención de todos, quienes tienen armas y quienes no las tienen, de que deben ser responsables frente a las mismas, sabiendo el daño que producen y como evitarlo, observando –del mismo modo que lo hacen con la electricidad, el gas, los automóviles, etc.- las mas estrictas medidas de seguridad, alejando de tal modo el riesgo de su mal manejo, empleo o accidentes.
3. “QUE QUIENES TIENEN NIÑOS EN SUS HOGARES SE DESHAGAN DE LAS ARMAS DE FUEGO”
No hay duda que se trata de un objetivo deseable, que no existan armas donde hay niños. Pero cabe preguntarse si esto es siempre posible. Que pasa si los niños van a un lugar donde hay armas? Surge entonces el interrogante de qué conviene hacer con los niños y su relación con las armas de fuego?
Me pregunto si no sería bueno que cuando se manifieste su interés por las armas, alguien conocedor y responsable los instruya acerca de su poder destructivo y el gravísimo riesgo que comporta su manoseo, enseñándoles que bajo ninguna circunstancia deben tocarlas, pero procurando descomprimir la natural e inevitable curiosidad que las mismas despiertan en ellos.
Y esto por cuanto resulta imposible afirmar que los niños nunca tendrán a su alcance un arma de fuego, estando fuera del control de un mayor. Si no es en casa, podrá ser en cualquier otro lugar y entonces, nada mas peligroso que su ignorancia sobre las armas. Una oportuna y apropiada enseñanza ayudará a reducir los riesgos inherentes.